En un mundo donde la vida digital es parte de nuestra rutina, la ciberseguridad no es solo un asunto de empresas o expertos en tecnología. Las familias también deben aprender a protegerse, especialmente porque los más pequeños y los adultos mayores suelen ser los objetivos favoritos de los ciberdelincuentes.
Por qué son los más vulnerables
- Niños: Curiosos por naturaleza, suelen descargar aplicaciones, aceptar solicitudes o compartir datos sin medir riesgos.
- Adultos mayores: Pueden no estar familiarizados con las señales de fraude digital o las nuevas tácticas de estafa.
Buenas prácticas para toda la familia
- Educación digital constante: Enseñar a reconocer correos falsos, enlaces sospechosos y solicitudes extrañas.
- Contraseñas seguras y únicas: Usar combinaciones complejas y, si es posible, un gestor de contraseñas.
- Control parental y supervisión: Configurar filtros y límites de tiempo de uso para los más pequeños.
- Actualizaciones y antivirus activos: Mantener sistemas, apps y navegadores al día.
- Comunicación abierta: Que cada miembro sepa que puede avisar sin miedo si algo raro ocurre en línea.
Historias que enseñan
Casos reales, como el de un abuelo que perdió sus ahorros por un falso soporte técnico, o un niño que casi comparte datos familiares en un videojuego, muestran que la prevención es más importante que la reacción.
Vamos a trabajar por ellos
La ciberseguridad en familia es un trabajo en equipo. Con hábitos simples y comunicación constante, podemos proteger a quienes más queremos de las amenazas digitales y convertir el hogar en un espacio seguro… también en Internet.
Recuerda, si no sabes por donde iniciar contactanos, y te ayudamos a asegurar los equipos de tu familia.